Acuerdo histórico sobre biodiversidad en la COP15 de Montreal

Unos 200 países se comprometieron a proteger al menos 30 % de las áreas terrestres y marítimas del mundo para 2030, para revertir décadas de destrucción ambiental.

Cuatro años después del último acuerdo, los miembros del Convenio sobre la Diversidad Biológica aprobaron un marco de acción propuesto por China, el país que preside el encuentro, con la única oposición de República Democrática del Congo.

El presidente de la COP15, el ministro chino de Medio Ambiente, Huang Runqiu, declaró aprobado el acuerdo en sesión plenaria en Montreal, Canadá. Asimismo, establece proveer «al menos 20.000 millones de dólares» en ayuda internacional anual para la biodiversidad para 2025 y «al menos 30.000 millones para 2030». 

A pesar de los esfuerzos por proteger la Tierra, la biodiversidad se está deteriorando en todo el planeta y se prevé que esta degradación empeore si no se toman medidas urgentes.

Finalmente se aprobó la Declaración de Kunming ( ciudad donde se había realizado la primera sesión de la cop ) por la que los gobiernos participantes asumieron diversos compromisos como “fortalecer las leyes medioambientales nacionales y su cumplimiento para proteger la biodiversidad” o “la reforma o eliminación de subsidios que son dañinos para la biodiversidad”. China se comprometió también a la creación de un fondo de 1.500 millones de yuanes (unos 200 millones de euros) para la conservación de la biodiversidad en países en vías de desarrollo.

  • UN MARCO GLOBAL DE ACTUACIÓN

El Secretario General de la ONU, António Guterres, destacó en su discurso de apertura de la conferencia, la urgente necesidad de actuar. «Hoy no estamos en armonía con la naturaleza, al contrario, estamos tocando una melodía muy diferente, una cacofonía del caos tocada con instrumentos de destrucción», afirmó Guterres. El titular de la ONU llegó a describir a la humanidad como «un arma de extinción masiva» que «trata a la naturaleza como un retrete». 

Guterres resumió las medidas que deben tomarse para salvar la naturaleza en tres áreas principales:

  • La implementación de planes nacionales que desvíen los subsidios y las exenciones fiscales de las actividades que contribuyen a la destrucción de la naturaleza hacia soluciones ecológicas como la energía renovable o la reducción de plásticos. 
  • Un cambio de la industria alimentaria y agrícola hacia la producción sostenible.
  • El apoyo financiero mejorado de los países del Sur Global. 

La COP 15 se convirtió en un encuentro histórico al convocar a gobiernos y empresas de todo el planeta para establecer un nuevo pacto global.  El primer borrador de este documento se presentó en julio de 2021 y llegó a su meta tras meses de trabajo por parte de diferentes actores internacionales. El proyecto de texto se estructura a través de cuatro grandes objetivos y de desarrolla con 23 metas concretas para 2030, entre las que la ONU destaca:

  • Conservar por lo menos el 30 % de las zonas terrestres, marinas y costeras a nivel mundial.
  • Someter a restauración a por lo menos el 20 % de cada uno de los ecosistemas de agua dulce, marinos y terrestres degradados, con especial atención a los ecosistemas prioritarios.
  • Reducir a la mitad la tasa de introducción de otras especies invasoras conocidas o potenciales.
  • Reducir al menos a la mitad los nutrientes que se pierden en el medio ambiente y en al menos dos tercios las sustancias químicas, en particular los plaguicidas, perjudiciales para la diversidad biológica. Eliminar el vertido de residuos plásticos.
  • Minimizar el impacto del cambio climático en la diversidad biológica, contribuir a la mitigación, adaptación y resiliencia a través de soluciones basadas en la naturaleza y enfoques basados en los ecosistemas. 
  • Un aumento de 200.000 millones de dólares en los flujos financieros internacionales de todas las fuentes hacia los países en desarrollo.

Los compromisos acordados en la COP 15 sobre este documento orientan las medidas e iniciativas mundiales para garantizar que, en 2050, se cumpla la voluntad compartida de vivir en armonía con la naturaleza. En este sentido se ha abordado la pérdida global de biodiversidad, la necesidad de aumentar la financiación para lograrlo y de reducir la contaminación generada por la agricultura y los plásticos.

El tratado aboga por «asegurar acciones urgentes» para «detener la extinción inducida por el hombre de especies amenazadas». Para 2050, «la tasa de extinción» se habrá reducido diez veces.

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